Tras haber descansado de las vacaciones de Semana Santa intento retomar mi rutina, incluyendo el escribir, si no a diario al menos lo más a menudo posible, aunque no sin esfuerzo. Aunque suene cursi, o adulador, o fuera de lugar, quiero daros las gracias a todos aquellos que seguis visitándome a diario a pesar de no hacer actualizaciones en todo este tiempo. A riesgo de caer en sensiblerías, la verdad es que me hace mucha ilusión saber que lo que cuento os gusta lo bastante como para volver. Saber que lo que escribo despierta vuestro interés es lo que me impulsa a no dejarlo y continuar. Posiblemente habrá cambios en este blog, creo que le hace falta ser un poco más dinámico y tratar algunos otros temas que no sean solo lo relacionado con los kilos de más. Vendrá bien de vez en cuando un poco de aire fresco y hablar de otros temas, creo...
Decía que intento volver a la cotidianeidad, pero me cuesta, porque, ciertamente, he terminado agotada de este período estival que se supone que es para descansar. Esto se debe a que no me he dedicado a tumbarme al sol panza arriba ni nada por el estilo, que más me hubiera valido, sino que decidí disfrutar de unas vacaciones activas.
A pesar del agotamiento fisico, no me arrepiento de ello. Ha sido como una especie de "limpieza psicológica", he vuelto con la mente más despejada y con un poco más de paz interior, así que sufro gustosa las agujetas.
No quiero extenderme y mucho menos dar la lata con el relato de mis vacaciones, pero lo que si quiero es aconsejar a todo el mundo que, si no lo ha hecho ya, vaya a ver el musical "Cabaret", que fue una de las cosas que hice en esta pasada semana.
A mi parecer es un espectáculo impresionante, como diria uno de los personajes, Emcee, "hasta la orquesta es diviiiiiina". La ambientación que consiguen es fabulosa, el patio de butacas desaparece para dejar paso a mesitas redondas donde brillan pequeñas lamparitas rojas de luz tenue. Puedes tomar una copa mientras se desarrolla la obra, con lo cual aumenta la sensación de estar en un aunténtico cabaret berlinés de los años 30.
El escenario es de lo más simple: 3 puertas de madera, y un fondo de serpentinas brillantes con un luminoso que reza "Kit Kat Klub". Según se suceden las diferentes escenas, los propios actores acarrean sillas, baúles y otros accesorios para lograr el ambiente adecuado.
El elenco es fantástico. Los chicos y chicas del cabaret cantan, bailan, se meten en la piel de sus personajes increiblemente e incluso algunos de ellos tocan algún instrumento en la orquesta.
Los actores principales tambien son estupendos, aunque precisamente las actuaciones de Natalia Millán y Manuel Bandera no me agradaron mucho, esperaba más de ellos. Pero quien está increible en su papel y consigue que el teatro se venga abajo en una atronadora ovación final es Armando Pita. No tengo otra palabra para describir su actuación que EXTRAORDINARIA. Y...jajaja, acabo de caer en que, aparte de magistral, también puede ser considerada extra-ordinaria. Porque Emcee, su personaje, tiene un aire ordinario, arrabalero, obsceno, chabacano, que este actorazo explota para su lucimiento, y la verdad es que con ello consigue meternos al publico en su bolsillo.
Y qué decir de la música...¡suena fantástica en el teatro! Aunque no te guste el jazz, como es mi caso, se te irán los pies y saldrás del local tarareando los temas más conocidos.
Reconozco que jamás he visto la película, y me alegro muchísimo de haber decidido ir a verla, porque he gozado muchísimo de esta divertidísima obra , y realmente, como se menciona en la misma, "los problemas se quedan afuera".

Decía que intento volver a la cotidianeidad, pero me cuesta, porque, ciertamente, he terminado agotada de este período estival que se supone que es para descansar. Esto se debe a que no me he dedicado a tumbarme al sol panza arriba ni nada por el estilo, que más me hubiera valido, sino que decidí disfrutar de unas vacaciones activas.
A pesar del agotamiento fisico, no me arrepiento de ello. Ha sido como una especie de "limpieza psicológica", he vuelto con la mente más despejada y con un poco más de paz interior, así que sufro gustosa las agujetas.
No quiero extenderme y mucho menos dar la lata con el relato de mis vacaciones, pero lo que si quiero es aconsejar a todo el mundo que, si no lo ha hecho ya, vaya a ver el musical "Cabaret", que fue una de las cosas que hice en esta pasada semana.
A mi parecer es un espectáculo impresionante, como diria uno de los personajes, Emcee, "hasta la orquesta es diviiiiiina". La ambientación que consiguen es fabulosa, el patio de butacas desaparece para dejar paso a mesitas redondas donde brillan pequeñas lamparitas rojas de luz tenue. Puedes tomar una copa mientras se desarrolla la obra, con lo cual aumenta la sensación de estar en un aunténtico cabaret berlinés de los años 30.
El escenario es de lo más simple: 3 puertas de madera, y un fondo de serpentinas brillantes con un luminoso que reza "Kit Kat Klub". Según se suceden las diferentes escenas, los propios actores acarrean sillas, baúles y otros accesorios para lograr el ambiente adecuado.El elenco es fantástico. Los chicos y chicas del cabaret cantan, bailan, se meten en la piel de sus personajes increiblemente e incluso algunos de ellos tocan algún instrumento en la orquesta.
Los actores principales tambien son estupendos, aunque precisamente las actuaciones de Natalia Millán y Manuel Bandera no me agradaron mucho, esperaba más de ellos. Pero quien está increible en su papel y consigue que el teatro se venga abajo en una atronadora ovación final es Armando Pita. No tengo otra palabra para describir su actuación que EXTRAORDINARIA. Y...jajaja, acabo de caer en que, aparte de magistral, también puede ser considerada extra-ordinaria. Porque Emcee, su personaje, tiene un aire ordinario, arrabalero, obsceno, chabacano, que este actorazo explota para su lucimiento, y la verdad es que con ello consigue meternos al publico en su bolsillo.
Y qué decir de la música...¡suena fantástica en el teatro! Aunque no te guste el jazz, como es mi caso, se te irán los pies y saldrás del local tarareando los temas más conocidos.
Reconozco que jamás he visto la película, y me alegro muchísimo de haber decidido ir a verla, porque he gozado muchísimo de esta divertidísima obra , y realmente, como se menciona en la misma, "los problemas se quedan afuera".








Que eso no cuela. A esta, por lo menos, la habrán ingresado 15 días en una clínica y la han tenido a base de suero y sedantes. Desde luego el método es genial, te acuestas pesando una tonelada, te pasas dos semanas durmiendo a pierna suelta, cual foquita feliz en período de letargo, y cuando te despiertas, voilà!, has perdido todo lo que te sobraba...Conste que todo esto son elucubraciones mías, pero si me equivoco...muy lejos no puedo estar de la verdad, algo oscuro hay en todo esto...Porque, amén de que el adelgazamiento es casi milagroso, por la facilidad y rapidez del mismo, ¿de qué iba una actriz hollywoodiense a engordar tan alegremente si albergara la más mínima duda de que tal vez no pudiera perder esos kilos ganados?
Supongo que deben tener alguna claúsula en sus millonarios contratos en que se especifíca cómo, cuándo y cuánto peso engordarán y adelgazarán, y la billonaria indemnización que cobrarán en caso de no eliminar lo engordado, porque si no, no me lo explico...
Me gustan las torrijas de todas clases: de vino, de leche, con miel, con azúcar y canela, grandes, pequeñas, de pan de molde, de pan de barra, caseras, de pastelería,.... Resumiendo: ¡todas! Los pestiños me gustan igualmente, pero los encuentro más empalagosos, con lo cual, mi ansia de dulce se calma antes, no soy capaz de comerme un tercer pestiño seguido.
Seguro que en otras partes del país también tienen su dulce carnavalero. En Marzo, ya hemos comentado, los dulces que dan origen a este post, mona de pascua incluida. Tenemos un descanso en la época estival, sobrellevado por los helados, horchata, granizados, leche merengada, etc. En Noviembre, tenemos los huesos de santo, buñuelos y panellets. Y para las Navidades...bueno, la lista es interminable!! Nos podemos perder en montañas de turrón, mantecados, polvorones, mazapan, marquesas, pan de Cádiz, bolitas de coco, roscos de vino, alfajores, peladillas, frutas de Aragón....uuffffff!!!!!!


No debería ser así, si una niña quiere ser modelo no debería interpretar que para conseguirlo necesita una figura esquelética, y mucho menos debería entender que su cuerpecito infantil es gordo y que por ello debe adelgazar. Pero según recientes investigaciones, las niñas de 6 años se sienten demasiado gordas.

Porque toda esta historia de culebras, manzanas y tentaciones trasciende hasta nuestros dias, y todos lo hemos sufrido alguna vez, cuando alguien nos dice: "Anda, pruebalo...si no engorda! total, por un poquito, no pasa nada..."
¡¡¡¡pero que mal me sienta que me digan esoooooooooo!!!!! Porque, lo que más me fastidia....¿por qué todos suponen que una, por el hecho de estar gorda, vive a dieta?(aunque supongan bien) ¿por qué no pueden pensar que una (o uno) está a gusto, en todos los aspectos, con sus kilos de más? ¿y si suponen que estás a dieta, por qué te tienen que tentar con lo prohibido y tratar de justificar su acción? ¿por qué prefieren fastidiarte en lugar de ayudarte? 
No voy a entrar en si Letizia padece esta enfermedad o no, pero leer esto en los periódicos me ha hecho pensar en lo que tienen que sufrir las personas que están delgadas. Sí, porque no solo sufrimos las gordis, aunque muchas veces creamos lo contrario. Si bien aquellos/as sobrados/as de kilos tenemos que soportar que nos digan que padecemos glotonería, que somos descuidados con nuestra salud y nuestro aspecto físico, no siendo necesariamente cierto, los y las flacas tienen que soportar que, si son extremadamente delgados, o con poca comida se sienten satisfechos, les digan que son anoréxicas/os.Hay gente que, simplemente, es de constitución delgada, siempre ha sido así y lo será, coma lo que coma. Conozco gente así, sin ir más lejos, mi hermano. Siempre fue un niño excesivamente delgado, ya que no le gustaba comer y necesitaba poco alimento para mantener su actividad diaria. Subsistia básicamente a base de leche y huevos fritos con patatas, que era lo único a lo que no hacía ascos.
Y se pasaba todo el día corriendo y saltando como todos los niños, sin problemas. Al llegar a la pubertad le dio por comer y aún no ha parado, jiji...Y sigue conservando su delgadez (aunque ya casado le esta empezando a salir la consabida curvita de la felicidad...), comiendo como un descosido, que verlo comer da hasta miedo. Nunca fue, ni es, una persona anoréxica. Nunca se vio gordo. Nunca dejó de comer voluntariamente. Simplemente, su organismo es delgado por naturaleza y "quema" todo lo que come.
Y eso que en el embarazo comía todo lo que se le ponía por delante. Y cualquiera que la viera diria eso de que está anoréxica, cuando esta mujer jamás ha pensado dejar de comer o ha pensado que le sobra algo.
El mini-artículo hace referencia a un trabajo publicado en la revista
lo que al final del día suponía una diferencia de gasto calórico de 352 calorías entre los dos grupos. Esto supone que las calorías no gastadas pueden suponer una ganancia de casi 15 kilos al cabo de un año.
sino que las personas que se mueven menos gastan menos energía y como consecuencia ganan peso...¡Es que es de perogrullo! Y todavía tienen el descaro de anunciar a bombo y platillo el "gran descubrimiento científico"....