Caminaré...y cantaré...Que no les temo, demostraré.

A pesar de la lluvia, tenía tanta ilusión por probar el dichoso aparatito cuentapasos, que me lancé a la calle armada de impermeable, paraguas y el susodicho artefacto.
He estado bajo la lluvia una hora y media, pero yo estaba contenta, deseando ver el total de pasitos al llegar a casa, iba cantarina y todo, tralarálará....Esquivando charcos, barro y calzadas resbaladizas, empezaba a sentir el cansancio, pero nada importaba, el cacharrín me daría ánimos al final de la caminata, y habría valido la pena, me sentiré estupendamente tras el esfuerzo realizado, pensaba.
Cuando ya creía no sólo que habría llegado a los 10.000 pasos de rigor, sino que le habría dado la vuelta al contador, decidí que era hora de volver a casita y comprobar el resultado. Iba derrengada, con la lengua llena de tierra y colillas, que se agradecían los charquitos porque así me la lavaba y de paso tomaba agüita...Llego a casa, muy ceremoniosamente suelto el paraguas, me quito el impermeable, echo mano a mi cintura, saco el podómetro, me lo llevo a la altura de los ojos y leo..................4.390 pasos!!!
AAAGGGGGHHHH!!! Tanta paliza que me he dado y no he llegado ni a la mitad???? Pero que és esto, que invento es este???
Una de dos, o me tengo que matar a caminar, o la maquinita diabólica está estropeada...
En fin, snif...no me rindo...mañana más....